la pobre, q no le pude dar este medio dia su pienso en su papelito de cocina como siempre, pues q le entró un hambre tremenda por la tarde y se comió un antílope, y luego cuando nos encontramos por la noche me dice, ay q mal cuerpo q tengo, nena!y la puse bien de primperan, q me habia sobrado de mis pacientes.Pero nada, q lo ha vomitado al final.